El fútbol boliviano ha vivido momentos inolvidables y curiosamente, varios de esos hitos coincidieron con el mandato de presidentes de la familia Paz. Desde la Copa América 1963 hasta las esperanzas de clasificar a la Copa del Mundo 2026, el apellido “Paz” parece estar ligado a momentos clave en la historia deportiva del país, generando la pregunta si es casualidad o hay algo más en la presencia de estos mandatarios.
Un legado que comienza en 1963
Bolivia vivió una de sus mayores gestas futbolísticas en marzo de 1963, cuando la Selección Nacional, conquistó la Copa América, el torneo sudamericano más prestigioso de aquel entonces. Aquella victoria, en la que la Verde derrotó a Brasil 5-4 en la final, se convirtió en un hito histórico para el país.
En ese momento, Víctor Paz Estenssoro se encontraba en su segundo mandato presidencial, y su gobierno coincidió con este gran logro deportivo.
La clasificación mundialista de 1994
Treinta años después, otro presidente de la familia Paz, Jaime Paz Zamora, vio cómo la Selección Boliviana alcanzaba una de sus mayores aspiraciones, clasificar a un Mundial. El 19 de septiembre de 1993, Bolivia logró el empate 1-1 frente a Ecuador en Guayaquil, lo que le permitió conseguir su lugar en la Copa del Mundo de 1994 en Estados Unidos, el primer Mundial al que la selección accedió a través de las eliminatorias sudamericanas.
Aunque el presidente en ese momento era Gonzalo Sánchez de Lozada, el proceso clasificatorio se dio bajo el mandato de Paz Zamora, que, al igual que su tío Víctor, vio con satisfacción cómo el fútbol nacional alcanzaba nuevas fronteras internacionales.
La ilusión por 2026
En 2025, Bolivia vive una nueva ilusión futbolística con una posible la clasificación a la Copa del Mundo de 2026. Después de una campaña llena de altibajos, la Selección se encuentra en el repechaje, con la esperanza de conseguir su boleto para el evento deportivo más importante del planeta.
El hecho de que Rodrigo Paz Pereira, hijo de Jaime Paz Zamora y sobrino-nieto de Víctor Paz, haya asumido la presidencia en 2025, tras ganar las elecciones en una histórica segunda vuelta, reavivó la idea de que los presidentes de la familia Paz son una suerte de cábala para el fútbol boliviano.
Con su llegada al poder, algunos se sienten optimistas sobre el futuro del deporte, creyendo que el “efecto Paz” puede traer consigo otro momento glorioso para la selección.








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